viernes, 6 de agosto de 2010

Verano en el Alster

Hace tiempo que estoy con ganas de escribir sobre este verano genial. Tuvimos tres semanas de calor intenso y ahora parece que volvimos a nuestra realidad de días templados en los que hay que salir con Regenjacke o con Jacke o con cualquier cosa contra el aire que siempre está frío aunque veamos el sol brillar y de emocionarnos si hay 25 grados. De todos modos le agradezco al cambio climático que nos haya permitido vivir la alegría de hacer grill, tomar cervezas con calor de verdad y usar bermuda hasta la noche por unos días en pleno norte de Alemania! :) Guardo la esperanza de una semanita más de calor intenso en setiembre.

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Hace más de un año que vivo en Hamburg, meine Perle y me encanta. Hamburgo es tan grande, tan linda, tan llena de eventos y posibilidades, con miles de escuelas de todas las cosas posibles, gimnasios geniales, museos y bibliotecas gigantes, mercados de pulgas, antigüedades y tiendas, restaurantes y gente y todo de todo el mundo que uno no puede aburrirse.

Yo no soy una persona que experimenta muchas cosas raras por iniciativa propia (porque no se me ocurren esas cosas novedosas), y en tales casos es algo bueno hacer caso a las sugerencias locas de Turistão, quien logra tener unas mil ideas al día en promedio. También hay que agregar el hecho de que luego de estar más de tres años viviendo en el mismo país la vida ya se volvió rutinaria: trabajar, ir al super, agarrar el tren, andar en bici, cocinar, lavar los platos, lavar la ropa, limpiar el baño, planear viajes, subirle las bolsas del super a Frau Wilke (tiene como veinte mil años y das Haus es del año del cometa y sin ascensor), y así es más probable que uno se vuelva más abierto a nuevas experiencias cuando la vida ya se siente bajo control y los vecinos ya te invitan a sus fiestas y una está mucho más que aburrida.

Hamburgo es la ciudad de los navegantes alemanes y el año pasado pude ir al cumple número 450 del puerto (!!!) con exhibición de navíos, botes, veleros y todo lo que flota en este mundo material. El invierno pasado también miré un documental inspirador sobre la vida en altamar y leí el libro de Uwe Röttgering "Die See gehört mir" ("El mar me pertenece" que también esta disponible en DVD). A mi sólo me pertenecen las ganas que tengo de hacer las cosas que me interesan y por ahora me interesa navegar. Y para poder navegar hay que aprender a navegar y para eso nos inscribimos en un Segelkurs (curso de navegación a vela) porque un día me compro un bote y doy la vuelta al mundo también y así me deshago un poco de los protocolos y la vida en sociedad que definitivamente no me ha resultado muy mi cosa.


450. Hafengeburtstag - El puerto Hamburgo de fiesta por los 450 años (2009)

El cursito teórico lo hicimos unas cuarenta personas ilusionadas en un sólo finde: 16 horas repartidos entre sábado y domingo. Felizmente hacía frío todavía porque era mitad de mayo (aquí no se puede desperdiciar un sólo día de sol). Estuve atenta un tercio del tiempo, desatenta otro tercio y perdida en el último tercio. Las primeras horas prácticas con instructor a bordo del botecito fueron de un estrés crónico: yo siempre agarrada de uñas al masto, rogando a la Sarita que no haya un solo nudo de viento, muriendo de nervios de que el bote se voltee, riñendo a Turistão por haber tenido la genial idea de inscribirnos en el curso y odiándome por haber aceptado... Después de pasar 8 horas con instructor, tocaba hacer las horas sin instructor. Las primeras horas libres eran de confusión indescriptible y discusión acalorada sobre la verdadera dirección del viento y sobre lo que debíamos hacer para lograr que el bote se moviera o mejor que nada "que se moviera sin voltearse". De las maniobras ni hablo, porque todas eran imperfectas, incompletas, propias de principiantes miedosos.

Al día de hoy domingo 15 de agosto del 2010, después de haber pasado 60 horas en medio del Alster bajo todas las condiciones climáticas posibles (con lluvia, con viento hijo de su madre, sin sol y con sol) me siento como Magallanes capaz de conducir hasta el Enterprise a otra galaxia y espero siempre que hayan al menos 12 nudos de viento para que no sea aburrido estar am Bord! Ya nos pasó de todo también: nos chocamos contra el Steg al momento de ancallar, nos chocamos contra otro bote al hacer una vuelta al perder el control del bote, ya se volteó el bote y caímos al agua por exceso de viento, velocidad y emoción, y ya vinieron a rescatarnos al estilo Baywacht de agua dulce, también pasó que el viento se acabó y vinieron a remolcarnos (esto último por habernos alejado demasiado del puertito cuando no había suficiente viento, con la reñida correspondiente). Además ya vimos quinientos accidentes y entendimos que con la escuela de navegación todo es amistad y felicidad hasta que te mandas una cagada con perjuicios económicos :P (por ejemplo, romper un bote jajaja!!)

Uno nunca sabe lo que le gusta a uno si no lo prueba!

Fotillos:

Die Segelschule (la escuela) y bandera roja todavía en mayo

Recibiendo las instrucciones antes de las horas prácticas con instructor


El grupo :)

El grupo preparándose para salir

Maniobrando (I)

Maniobrando (II) y viento hijísimo!

Nuestro instructor estrella

Un botecito así me compro para el día a día :D

Der Steg en pleno verano y bandera azul (para no ir lejos)

Veranísimo

Velejando no fim do dia
Aquí un videito:



Y claro que no me podía ir sin enseñarles mi próximo bote, porque desde ahora ya estoy practicando el deporte de lo que voy a ser en el futuro: MILLONARIA $$$ (porque rica ya soy! :P)

Mi próximo bote

Su navegadora estrella!

Saludos a todos!

3 comentarios:

Alicia's Own dijo...

Qué chica valiente!

Yo no me subo a ningún bote sin ponerme dos chalecos salvavidas!!!

Le tengo mucho respeto al agua!

Rula Mama dijo...

Me encantan las fotos del FB! Y estas tambien, solo que ese cielo Mariam.... parece del invierno portenyo! ;)

Estaba rica la Breze?? hehehe

Si vas a tener tu bote tenes que ir pensando el nombre, eh?

Besitos!

Mariam dijo...

Alicia: en verdad no se puede subir al bote sin tener los chalecos a bordo. Pero cuando el viento es tranquilo uno no necesita tenerlos puestos, ya que es bastante improbable que el bote se voltee. Cuando te caes al agua con el chaleco puesto, flotas de verdad!!! :D y ya aprendí la maniobra para darle la vuelta al bote cuando se volteó!!! Es genial!!!

Rula: Hamburgo tiene mucho viento, frío y tormenta, es raro cuando el cielo es solo azul pero ya he aprendido a aceptarlo y disfrutarlo!!! El nombre del bote ya esta decidido jejeje, se llamará Hamk'a, que en quechua quiere decir Negra!!! osea shoooooooooooooo :)
Amo café con Brezel!!! todavia no puedo cerveza con Brezel :P

Besitos!!