martes, 30 de enero de 2007

Corazones abiertos


Mi oportunidad para ver cine está limitada a partir a de las diez de la noche de lunes a jueves. Los viernes por lo general duermo, y los fines de semana hago labores domésticas y salgo a mirar el cielo, a tomar sol para darme cuenta que mi vida no está reducida a trabajar, estudiar e ir al gimnasio, aunque el 57% de las horas útiles de mi vida las dedique a esas actividades.

Sin embargo, ayer tuve buena suerte en mi zapping. Por Europa Europa pasaron una película del tipo de las que pienso que no volverá a haber ni volveré a ver. No es ese tipo de películas que los entendidos califican con 5 estrellas y de insuperable, y que ganan oscares por mejor actor o sonido o lo que sea. Muestra que la vida puede cambiar en un segundo hasta perder todo lo que consideras tuyo en un ambiente común, y con personas comunes. Es de las películas que se hacen con una atmósfera íntima, pequeña, sin abundar en escenarios y con sonido directo.

La verdad, no hay mucha diferencia entre el argumento de la película y el de una novela dramática. La vida cambia para 7 personas por un accidente automovilístico y por una aventura romántica. Una persona queda paralizada de por vida, una familia se destruye. Como leí en una crítica, es una película sobre lo efímero que resulta todo. Devastadoramente emocional.

El nombre original del filme es „Elsker dig for evigt” en danés, aunque la comercializaron como „Open Hearts” (Corazones Abiertos). Es dirigida por Susanne Bier y sacada al mercado por Newmarket Films. Los actores principales son Sonja Richter, Nikolaj Lie Kaas, Mads Mikkelsen, Paprika Steen, y Stine Bjerregaard. No se cuanto dura, pero no importa, la van a disfrutar.

La recomiendo.

martes, 9 de enero de 2007

Después de 26 años pavimentaron mi calle… y con bloquetas.


Viví en la Primera Etapa de la “Urbanización Piura” durante 23 años. En sus inicios (Primer Gobierno de Fernando Belaúnde Terry 1963-1968) era conocida como “La Vivienda”, y en mi tiempo se le ha dicho “La Urba”. En el 2003 al puro estilo de Chacalón Junior (soy un muchacho provincia-a-no) emigré a Lima buscar un futuro mejor. Encontré el futuro pero aún estoy esperando lo mejor.

Tengo entendido el complejo habitacional donde vivía, La Urba, fue en su inicio construido en la parte más oeste de la ciudad, y que después de ese lugar ya no había nada más que el horizonte, el bosque seco y el desierto. Sin embargo, hoy siguen unas 10 o 15 urbanizaciones y asentamientos humanos y pueblos jóvenes (al puro estilo aprista). Viven ahí unas 10,000 personas, es decir 200 familias, esto representa el 0.625% de la población de Piura de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del 2005.

Escribo todos estos datos porque es increíble que después de 26 años de vivir ahí, y después de 42 años de existir mi complejo habitacional, apenas se haya terminado de hacer lo suficientemente habitable la zona. Según el Plan de Adquisiciones y Contrataciones del 2006 publicado en Internet por la Municipalidad de Piura de acuerdo con las normas de transparencia, la obrilla tuvo un costo aproximado de S/. 845,000.00

Parece exagerado pero ese monto incluye un par de calles aledañas y el cambio de las redes de alcantarillado que debía hacerse antes (después de 42 años de edad era necesario). El desglose incluye lo siguiente:

Cambio de redes de alcantarillado: S/. 258,000.00 (30%)
Pavimentación con bloquetas: S/. 587,000.00 (70%)

Las familias beneficiadas son aproximadamente 45, con lo que cada una aportó S/. 18,800.00, esto equivale a una tasa de aporte de S/. 447.00 anuales, que es mucho más que sólo el impuesto predial que se cobra por vivir ahí, parques y jardines, limpieza, tasas municipales, y todos los demás servicios que se pagan y por los que los ciudadanos no recibimos nada. De acuerdo con mi experiencia el impuesto sea cual fuere es la cantidad de dinero que te cobra el Estado y por el cual no te da nada concreto.

Los habitantes de mi calle contribuyeron al FONAVI hasta que desapareció y nadie sabe que se hizo con el dinero; además pagaron sus impuestos prediales, y también pagaron al Servicio de Administración Tributaria de Piura durante 42 años. Finalmente después de mucho “ahorrar” se hizo nuestra calle. Tengo que reconocer que había perdido la esperanza.

Expreso mi enérgica protesta.