martes, 8 de diciembre de 2009

Die beste Zeit meines Lebens

Los lectores del blog que no comentan un carajo y que prefieren mandarme un mail, me dicen que nunca escribo cosas personales. Hoy hago una excepción.



La maestría está acabando y yo acabo de entregar mi tesis, así que la vida de estudiante está acabando también y por eso estaba pensando que tal vez hay que cambiarle de nombre al blog a algo así como a-enderezar-mi-vida.blogspot.com ja! ja! ja! Tengo que buscarme un trabajo para sobrevivir, aunque eso signifique que volveré a estar presa del modo de vida actual, sobre el que ya casi nadie reflexiona y lo peor de todo, contra el que pocos se rebelan y en el que la mayoría hace fila para entrar. Las vacaciones pagadas se están acabando y yo estoy poniéndome triste por eso. Quisiera tener una máquina repetidora del tiempo para regresar y volver a empezar. Después pienso que lo que se viene es mejor que lo que ya pasó y me pasa la pena. Y luego pienso que lo que no ha venido, aún esta por venir y empiezo a pensar en lo que ya vino y quiero que vuelva todo otra vez. Versteht ihr mich?

Cuando la gente me pregunta si les recomendaría postular a las vacaciones pagadas para venir a Alemania (o para ir a cualquier parte del mundo), les digo que vale la pena, que lo hagan. Me piden consejo, de cómo hacer, de qué papeles enviar, les digo lo que tienen que hacer, pero que lo primero es tomar la decisión de hacerlo (y nunca lo hacen). Luego me piden una opinión sobre la calidad del estudio y sobre las perspectivas a futuro, y les digo que son muy buenas, que todo es muy técnico (sobre eso ya comentaré en otro momento), y me hacen la pregunta financiera de rigor y les digo que después van a poder ganar mucha plata y que la vida les va a cambiar radicalmente en ese sentido. Y me da pena decirles solo eso, y me siento mal por no contarles todo lo que tengo para contar, y pienso que hay personas que nunca se darán cuenta del verdadero valor de vivir una experiencia como ésta.

Siempre supe que yo sola no me iba a poder financiar unas vacaciones así (sin endeudarme, claro). Por eso postulé a las vacaciones pagadas, porque quería tres años de hueveo a forro en alguna parte del mundo (las vacaciones duran 28 meses pero uno se las arregla para llegar a los 36) y especialmente estas vacaciones que son una madre abnegada que te da todo y no te pide nada. Quería tres años de andar por ahí, sin mayores responsabilidades, tres años rejuveneciendo. Lean bien gente: rejuveneciendo. Postulé a las vacaciones a cuenta y riesgo de que no me las dieran (en realidad no sólo se gasta dinero sino también bastante energía y se compromete mucha esperanza y emoción) porque estaba harta de levantarme todos los días a las 6 de la mañana, trabajar 8 horas al día para que otro se hiciera más millonario de lo que ya era, mientras yo solo sobrevivía, arrugándome y amargándome la vida no por el trabajo, sino porque estar 8 horas diarias (o más) en el trabajo significaba para mi dejar de hacer lo que si quería hacer por ese poco de dinero que mal me permitía ser independiente de otros. Algunos pensarán "¿acaso hay otra forma?". Y contesto que "hay miles de formas".

Estar en Alemania para mi no significó nunca un paso más allá en la vida profesional, aunque lo sea. No quería venir a calificarme más y volver a lo mismo. Yo solo quería cambiar, solo quería salirme de la vida que llevaba y encontrar otro camino. Para mi estar en Alemania significa un crecimiento personal fugaz, aunque al inicio haya habido mucha soledad y necesariamente mucha reflexión. Para mi Alemania ha sido y es, tener una oportunidad que pocos tienen: libertad. Aquí rejuvenecí y aprendí de todo a diez mil por hora. Aprendí que hay otras formas de pensar y de vivir. Aquí he conocido más personas que en toda mi vida, he leído más que nunca, he escrito más que nunca, he pintado y dibujado más que nunca, he visto muchas películas, he visitado todas las bibliotecas posibles, he aprendido dos idiomas más y he sido feliz cada día. Repetiría cada paso sin dudarlo. He hecho cosas para mi, esas que en Lima no podía hacer porque allá el tiempo vuela. Estaba harta de la vida, con tan pocas probabilidades de salir del mismo camino. Estaba harta de ver lo mismo y lo mismo todos los días en todas las personas. Estaba harta de ver como se puede llegar a pretender sin llegar a ser. Estaba harta de todo y de todos. Estaba harta de no intentar cambiar lo que se podía cambiar.

Un día el tiempo se detuvo de pronto y empecé a cambiar para siempre.

Ahora hay que empezar con el nuevo sueño que está llenando mi cabeza, porque cuando menos piense, empezaré a realizarlo y me abriré un blog y contaré cada paso.

La vez que fui a Perú mi tío me dijo: "¿qué te pasó que estás más joven?", y yo le dije: "es la felicidad tío".

Solo eso quería decir.

Komm mit
Wenn du’s willst dann schaffst du’s schon