En octubre del año pasado, osea tres meses antes de las fiestas de fin de año ya sabía adónde iba a celebrar Navidad y Año Nuevo y hasta qué iba a comer, porque primero había que elegir el menú en el prospecto de la excursión a París y pagar; y segundo porque los alemanes saben todo siempre con anticipación. Este año dejé todo a la deriva, pues no tenía ganas de comprometerme a priori para nada.
Hasta ahora no puedo acostumbrarme a eso de planificar una fiesta o hacer un Termin para divertirme. Siempre tengo que saber qué tengo una fiesta dentro de tres semanas y que tengo que confirmar mi presencia para que puedan calcular la cantidad de comida y/o bebida. Y no me gusta comprometerme así para las cosas porque siempre pienso que en el camino puede venir algo mejor y eso me causa una sensación de pérdida antes haber perdido. Aparte la idea de estar comprometida para algo que sucederá dentro de tres meses, le quita toda la emoción a la cosa, me constriñe, como una voz en la conciencia que me dice: "tienes que ir", y automáticamente ya no quiero ir.
Este año no tenía planes para Navidad hasta el 23 porque todo el mundo abandonó Hannover. Se largaron todos literalmente. Y cuando digo todos, digo todos pero todos. Así en la noche del 23 en medio de mi Skript de Wasserwirtschaft, un poco de presión por los próximos exámenes y otro poco de depresión de fin de año y Heimweh, entré en el chat, apareció un amigo que tampoco tenía planes, llamé a una amiga que pensaba que tenía planes pero no los tenía, fuimos por la mañana a Kaufland, compramos un pavo de 3 kilos tiefgefroren a -18°C que yo juraba que jamás se iba a descongelar, pero doch, llame a mi viejo para que me diga como hornarlo, y así armamos nuestra fiesta de Navidad. Y en esta desplanificada Navidad recibí tres regalos tan inesperados y lindos y comí pavo y pastel, me reí mucho tomando Sekt con mis amigos.
Aquí unas fotitos de la super exitosa Nochebuena que tuvimos.
Frohe Weihnachten!