domingo, 11 de diciembre de 2011

Miro hacia arriba mientras camino

Amiga de la infancia y yo les cosíamos vestiditos a las muñecas. Mejor dicho, yo les cosía vestiditos a las muñecas y ella envolvía a las muñecas en retazos de tela. Ella tenía identificados todos los retazos: sabía cuál pieza era el traje de baño y cuál era la bermuda. Lograba en segundos hacer un nuevo outfit de diferentes colores combinando un retazo con otro. Yo al contrario de ella, que me costaba (y me sigue costando) ser existencialista (?) e identifico una cosa por su forma y no por su utilidad, me empecinaba en coser el vestidito. Ella mostraba una flexibilidad sin límites, era capaz de cambiar en el curso del tejido la función de la pieza. Si empezaba una cartera, terminaba un monedero, si empezaba una cartuchera, terminaba un cinturón. Y yo no terminaba nunca, porque como sufro de ambición, me embarcaba en proyectos largos y complicados, que podían durar el verano completo.

Ese sería el resumen de todas las cosas que emprendo: cocino comidas complicadas, elijo a Alemania como país anfitrión, me enamoro de Turistão (?), intento hacer florecer cactus, tiendo la cama sábana/sábana/colcha/cubrecama, intento hacer llegar siempre mi Herzfrequenz un poco más allá y tejo cosas que demoran años en ser acabadas. Por eso he venido a cumplir mi promesa de hace varios meses (!) y dejar un compendio de mi producción tejeril de los últimos tiempos.

Vamos directo al grano:

La primera cosa que tejí hace más de un año ya, fue un chal triangular en crochet. Me salió divinísimo, modestia aparte. La idea era llegar a usarlo en la primavera del año pasado, pero como me demoro siempre dos millones de años, lo terminé en el otoño del año pasado y solo lo pude usar en esta primavera. Muchos halagos recibí por tamaña belleza. El material es algodón puro mercerizado, tiene una textura muy suave y la caída de la pieza es perfecta.

Al inicio de los tiempos :) El hilo lo compré por internet vía Fischer-Wolle (junto con otros materiales).

Unas semanas después.

Casi tres meses después

El detalle de la muestra
Así lo usé esta última primavera.


Después de haber convencido a Turistão de mis habilidades manuales, lo obligué a dejarme tejerle un kit invernal de gorrito y bufanda :P

A la mitad, con Turistão modelando en su camilla del hospital. A veces el chico se me descompone.

El último día de hospital ya lo tenía listo :)

Turistão luciendo el gran gorro, tiene la maña de estirárselos hasta la nuca (?), les quita todo el charme.

El kit invernal completo
Yo también uso el kit invernal de Turistão, ya que él no se pone la bufanda porque huele a oveja. Es 100% lana virgen no tratada.

Después me topé con Ravelry, la página en la que miles de aficionadas comparten sus modelos e instrucciones y así es como me animé a hacer el proyecto tejeril más complicado y largo de todos mis tiempos artesanales: un chal triangular de encaje (lace shawl). Lo empecé en febrero y lo acabé en junio. No tengo muchas fotos del proceso, ya que creía muy poco en la posibilidad de poder terminarlo algún día. Además que el inicio fue muy complicado y tuve que desarmar algunas veces. Lo uso igual que el primero.

Sepan disculpar la falta de elegancia de la foto, Turistão me ayudó a estirar el chal.
El triángulo tiene más o menos 130 cm de base y 50 o 60 cm de altura.
La parte superior se me arrugó un poco.

Cuando lo terminé, aún sin acomodarle el borde. El hilo es 100% algodón mercerizado, de los almacenes Karstadt.

Finalmente me pasé un día de junio por H&M y ví un cardigan azul de algodón por 25 euros que me pareció perfecto para el verano, muy clásico, sin laberintos que requieran de la creatividad para vestir a la moda, esa que a mi me falta. Me lo probé y me pareció un trapo vagabundo de malísima calidad, con pocas probabilidades de sobrevivir un segundo verano. Busqué algo similar en otras tiendas, pero como eran de viscosa, material que odio profundamente, decidí hacermelo yo solita. Ya se habrán imaginado que lo acabé al comenzar el otoño y no me lo pude poner hasta ahora. Aún no le cosí los botones, ni le hice los acabados. Este tejido me demoró más o menos cuatro meses. Es problema es que tejo erráticamente y por placer, osea más o menos cuando me da la gana. Como trabajo de 8 a 17 tiene que darme la gana a partir de las 19 horas o los fines de semana.

Como a tres o cuatro semanas de haber empezado.

Por atroya. Como es un tejido circular que empieza en el cuello, no tiene costuras (las mangas también se "sacan"). Se notan mucho los aumentos en la parte de la espalda pero espero que cuando lo lave se arregle.

Cuando sólo faltaba una manga y sólo quedaban 100 gramos de hilo. Gasté medio kilo de hilo en el cardigan. El hilo lo compré en Karstadt, todo salió por 17.5 euros y yo disfruté como chancha. Las agujas son número 2.5 como todo lo que está presentado en este post y el modelo es de mi propia inspiración.

El resultado. El cardigan tiene todos los bordes (cuello, mangas, basta y las bandas de los ojales y botones) "enrolladitos", pues quería que fuese algo muy casual. Me gusta como quedó, pero no tengo foto. Les cuento el próximo verano!


Ahora pretendo tejer un sueter con muestra de trenzas y experimentar con mi telar artesanal. Pero los resultados los presentaré en algunos meses.

O antes, nunca se sabe.

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Para amenizar la vuelta les dejo un video hermoso que hicieron los antepasados de Turistão para agradecer por la ayuda recibida después del tsunami en Japón.




Ue o muite aruko!