jueves, 25 de abril de 2013

Pequeñas delicias de la vida conyugal

Escrito el 05 de abril del 2013

Aquí estamos de nuevo, firmes y fuertes para compartir lo que nos alegra y catarsear lo que nos vuelve locos. A veces sueño que vuelvo a escribir en el blog como antes y que nos volvemos millones (???). No se si volveré a escribir como antes, pues el día a día me consume. 

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Ah si, estoy escribiendo acá porque hoy estoy celebrando un año de casamiento con Turistão. Seee, nos casamos pero me dio pereza bloggearlo, aparte tenía una tropa portuñol-hablante cuya atención de necesidades diversas (ver castillos, comprar chaquetas, ir al zoológico, comer salchichas, probar cervezas, mirar partidos de fútbol, ir a museos, entre otros) nos impidieron casi hasta respirar. Pero fue lindo. 

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Muchas cosas me han pasado en la vida, y muchas otras no. Una de esas otras es que me escriban una carta de amor. La única persona que me ha escrito en la vida algo de amor ha sido Turistão (que me dio una tarjeta). Y yo nunca le he escrito una carta de amor. Lo que si escribo son los diálogos que sostengo con los amantes eventuales (???) que tengo, en este momento de la vida, Turistão (jajaja). Aquí vienen unos: 

1. Radio Gaga

Casi todos los días por las mañanas Turistão me lleva al trabajo. Siempre tenemos Spree Radio de fondo para acompañarnos en el trayecto. Uno de esos días el locutor habló sobre el 75to aniversario de matrimonio de alguna de las tantas monarcas europeas, cosas que la verdad poquísimo nos interesan. Entonces yo le digo a Turistão

Mariam: nosotros en 75 años ya estamos muertos... 
Turistão: si, negra... ¿me dejas morirme primero? 
Mariam: anda bobo, no hables de esas cosas... 
Turistão: pero si tú hablaste primero! 
Mariam: ¿será que llegamos a los 50 años de casados? 
Turistão: espero aguantar... 
Mariam: … 
Turistão: espero aguantar-TE. 

Y se ríe. 

2. Crisis de los cuarenta 

Otro día camino al trabajo y en el auto. Otra vez Spree Radio. Ahora el tipo dice que un estudio entre muchos orangutanes y chimpancés del todo mundo ha resultado en que ellos, así como los humanos, también sufren una especie de crisis de mediana edad y que antes y después de eso son normalmente felices. Entonces le digo a Turistão

Mariam: ¿escuchaste? 
Turistão: ¿qué? estaba pensando en otra cosa... 
Mariam: que los chimpancés y los orangutanes, así como los humanos, también sufren la llamada “crisis de los cuarenta”... 
Turistão: ¿ah sí? 
Mariam: imagínate... 
Turistão: pues a mi me llegó la crisis diez años antes... 

Y se ríe!

3. Manías de rico. 

Es sábado y los sábados y domingos por decreto legislativo desayunamos juntos y sentados a la mesa con café peruano o brasileño y pan alemán de la panadería, y con esto quiero decir que no es pan de forma del supermercado. Es el momento sublime de nuestra semana de trabajo. Amamos desayunar juntos. Ese día pienso ir a comprar los regalos de Navidad. Y le digo: 

Mariam: Turistão, ¿me acompañas hoy a comprar regalos de navidad? 
Turistão: Te acompaño, negra. 
Mariam: ¿Y me dejas regalarte un pijamita? 
Turistão: Te dejo negra, pero un pijamita me lo puedo regalar yo solito... 
Mariam: ahhhh... 
Turistão: Mejor regálame un tablet! ché! 
Mariam: … 

Turistão ya aprendió a usar el ché correctamente. 

 4. Recién casados 

Diálogo con Turistão en el desayuno a la mañana siguiente del casamiento, que fue en un hotel de medio pelo que conseguimos al último minuto a dos cuadras de casa, porque nuestro hogar estaba lleno de huéspedes inesperados o que no consiguieron tren para volver a sus casas después de la celebración. 

Turistão: negra, qué casado me siento! 
Mariam: ¿ah si? qué bueno! ojalá que te dure la sensación! jajaja! -y nos damos unos besos- 
Turistão: creo que ahora voy a tener que hacer cosas de hombre casado... (???) 
Mariam: ¿como cuáles? 
Turistão: cuando vaya a la panadería, voy a comprar un periódico y voy a desayunar leyendo el periódico...
Mariam: ya... 

Ufff.

5. Brigadeiro 

Es mi cumple 33 y hemos decidido hacer una pequeña celebración con los pocos amigos nuevos que hemos conocido *casi espontáneamente* en Berlín. Turistão es celebrador por naturaleza, le encanta comprar cerveza en cantidades industriales, asar carne, chorizo y salchichas para una tropa, servir brigadeiro de postre o torta selva negra, hacer caipirinhas sin parar, fumar y hablar toda la noche, tocar cavaco y guitarra y mandar a todos ebrios “pero felices” a casa. Uno sale con un shock calórico impresionante o asustado como perro en Navidad. 

Ese tipo de celebración brasileña es algo que en otras culturas es simplemente inimaginable por ser considerado exageración. Al día siguiente uno es un trapo de tanta resaca y uno tiene diarrea de tanta comida. Lo vivo con tal frecuencia que hasta voy pensando que es normal. Como casi todos los invitados son europeos (alemanes, franceses, italianos), excepto dos latinos, le digo a Turistão que no es necesario hacer tanta comida ni comprar tanta chela ni preparar tanto brigadeiro, porque un europeo es por lo general controlado en todo lo que hace: no se embriaga “así”, ni hace despelote a morir, no come mucha azúcar, no baila ni canta sin alcohol, no come tanta carne, en resumen no hace lo que los brasileños hacen tan eufóricamente cada vez que se juntan. Un peruano hace bastante desarreglo, pero nunca tanto como lo que he visto en Brasil. Turistão insiste e insiste en que quiere celebrar mi cumple a lo grande con diez invitados y yo que veo que no hay remedio, lo dejo a cargo de las compras y la organización. Al final la celebración sale muy controlada dentro de los límites comportamentales europeos y Turistão fica um pouco frustradinho ya que él esperaba un despelote monumental. Restan las ¾ partes del brigadeiro que hizo. A la mañana me dice: 

Turistão: tenías razón, no se comieron el brigadeiro...
Mariam: te digo que europeo no come azúcar... el azúcar es el enemigo... 
Turistão: pero come Schweinshaxe! 
Mariam: todos tenemos nuestras contradicciones 

Me mira y se va un poco decepcionado. 

Más tarde el brigadeiro sigue encima de la mesa y me dice: 

Turistão: ese brigadeiro me está molestando
Mariam: ajá...
Turistão: creo que me lo voy a comer TODO de una vez 

Como se que no sirve oponer resistencia ni intentar hacerlo entrar en razón frente a un plato de chocolate, no digo nada y se lo come. Yo me aparto de la escena para al menos no ser testigo ocular del asalto. Al rato me dice: 

Turistão: ya no aguantaba ver el brigadeiro, negra, que bien que me lo comí...
Mariam: si, no? 
Turistão: si, me estaba molestando... 
Mariam: ....

Doy por acabado el asunto y le pido por favor no comer más dulces durante al menos una semana. El acepta feliz y de buena gana. 

Al día siguiente es lunes, antes de ir al trabajo se pesa y me dice: 

Turistão: peso 89 kilos negra! no entiendo qué pasa con mi deporte! (???!!!)

Pienso que hay gente conchuda en este mundo, pero me es imposible seguir guardando silencio en pro de la unión conyugal:
Mariam: no será por las chelas, la carne, las caipirinhas y el BRIGADEIRO que te empujaste el fin de semana?! 
Turistão: una latita de leche condensada al año no hace daño, negra -tranquilo como agua de tanque- 
Mariam: …. 
Turistão: además ver tanto brigadeiro me estaba molestando 
Mariam: …. 
Turistão: AINDA BEM QUE COMI TUDO!!! 

Cuando Turistão dice algo en portugués significa que ha dado por finalizado un tema.

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Seguiremos reportando.

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