jueves, 28 de junio de 2007

Ser latino está de moda

En Alemania todos están locos por la salsa. Auf Deutsch: Alle Leute sind verrückt nach salsa tanzen. Es algo muy interesante y me siento poderosa por poder moverme al ritmo de la música latina, sea cual fuere, sabiendo que me muevo al compás y sabiendo que no necesito de pasos estudiados para bailar porque el ritmo me viene natural.

El Sportzentrum de mi Universidad, y de todas las universidades de Alemania según tengo entendido, organizan una gran variedad de actividades deportivas o de esparcimiento que son gratuitas para todos los estudiantes: fitness, regata, navegación a vela, gimnasio convencional, tennis, basketball, fútbol, danza árabe, baile latino, pilates, capoeira, ballet, golf, buceo y más. En el librito del Hochschulsport hay 44 posibilidades de actividades para elegir. Y las clases de baile latino, llámense, salsa, merengue, mambo y bachata, están reventados de gente. Auf Deutsch: sie sind voll. Y muchos alemanes y muchos no latinos también están locos por bailar salsa.

Por eso, después de toda la expectativa que me crearon, el martes pasado después de mis 7 horas diarias de alemán, fui a mirar como son las clases de salsa, y me animé a participar en una. Fui con un brasileño, una alemana, y un iraní, es decir, con-fusión total. El iraní hasta tiene un curso por DVD y repite die ganze Zeit: "it is fucking difficult". Yo la verdad no le encuentro el misterio. El brasileño no tiene ni un rábano de interés por aprender: el solo fuma, bebe cerveza y se relaja todos los días del año. La alemana está demasiado estresada con el tema y presta gran atención a los movimientos del profesor y los repite con habilidad acrobática pero sin pasión ni sentimiento.

Me cuesta entender como algo que puede resultar tan natural para uno, pueda complicar la vida de los otros hasta volverlo un tema de conversación nocturno, de tren, de almuerzo y hasta de encuentro inesperado en la cocina o el pasillo del Wonhnheim. Sólo como ejemplo, el sábado pasado todos mis compañeros fueron a la fiesta latina de Silo, otro Wohnheim que está en Nordstadt. Y el viernes, se fueron a Mambo, una discoteca en el centro de la ciudad que tiene la posibilidad de bailar música latina solamente en una sala y lo demás en otra. Hasta ahora no fui, así que no puedo decir mucho al respecto.

Pero como este es mi blog y esta hecho para expresar mis opiniones, tengo algo que decir en defensa de mi cultura: ser latino también puede resultar no muy agradable a los ojos de uno. Aquí en Alemania, mucha gente ha comprado la idea que la salsa tiene ciertos pasos definitivos que componen el baile, y sin los cuales no se puede ejecutar la danza. Así de técnica la cosa. Porque eso no es un baile, es una ejecución de movimientos. Y esas cosas que yo hago naturalmente: las vueltas, los pasos para adelante y atrás, y al lado y al otro lado, han recibido nombres alemanes para describirlos y llevarlos a cabo. Y lo más grave de todo, es que piensan que se puede encajar la secuencia de pasos salseros en cualquier música que se llame salsa. Así ésta sea lenta, rápida, cubana o sensual. No importa: todo encaja y si no encaja, hacemos que encaje (estoy en Alemania).

Ahora comprendo porque una cultura nueva jamás se aprende desde el corazón.

Saludos a todos.

2 comentarios:

El Rojo dijo...

Cuando empecè a leer tu post fue eso lo primero que se me ocurriò acerca de la salsa fuera de nuestras tierras latinas: todo es tècnica para ellos. La vez pasada leì un artìculo en la revista Etiqueta Negra sobre còmo se enseña la salsa en Francia y es la misma cosa: que se baila asì o asà. Y cuando un latino baila, lo miran raro y se preguntan por què michi no baila asì como ellos lo enseñan allà... jajaja! Si pues, ellos jamàs lo entenderàn.

Derecho y más dijo...

Bueno Mari, entiendo algunas cosas, como nuestras frustradas clases de salsa, jajajaja....En fin el ritmo lo tienes o no, así de simple. La salsa se siente y se baila, lo demás es puro cuento.