lunes, 17 de noviembre de 2008

Le Scaphandre et le Papillon

No me gustan mucho los libros de autoayuda ni nada que intente darme un mensaje de superación personal. Me parece que no se puede aprender en cabeza ajena y que los problemas tienen que caerle a uno encima para ser superados por uno mismo después de un período de negación/frustración. Al menos así me pasa a mí. Y si no se puede, ya lo dice el dicho, no hay cuerpo que lo resista. Por eso me gustó esta película y por eso escribo sobre ella.

Jean-Dominique Bauby fue editor de la revista ELLE y “escribió” sus memorias después de sufrir parálisis general. Solo podía pestañear con el ojo izquierdo. Se quedó encerrado en si mismo y sobrevivió cuadrapléjico hasta diez días después de haberse publicado su libro, a sus 44 años. La película te hace mirar a través de los ojos de Jean-Do y no ves dolor, ni desgracia, ni a un tipo que quiere que lo desconecten de los aparatos ya, que quiere acabar con todo.

Como en todas las películas que me gustan, no hay abundancia en escenarios, ni situaciones complejas, uno no se cansa mirándola y no tienes que recordar al final una situación importante que sucedió al inicio (eso me deja loca, porque estoy negada para entender el cine complicado). Debo decir además que estoy un poco parcializada, porque todas las películas francesas que veo me gustan: Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, Trois Couleurs, Le Cinquième Élément, La femme d'à côté, Cinema Paradiso, La Vie en Rose sobre la vida de Edith Piaf (y la vi durante el viaje que me llevó a cruzar el charco por primera vez, por eso me gusta más) por ejemplo. Entonces si me encuentro con una película francesa, ya asumo que me va a gustar.

Y lo más raro es que la logré ver en el mismo año en que la produjeron.

Y tengo debilidad por las tramas en las que la vida cambia en un abrir y cerrar de ojos.

Literalmente.



1 comentario:

carmen dijo...

mmmm me encanta conocerte cada vez un poquito más... te quiero, lo sabes...